
A veces te das cuenta de que el chic francés no es sólo aquello que nos enseñaron. No hay una norma fija para el atuendo parisino, ni francesa fiel a su espíritu. Ese chic tan frances, ese “je ne vais quoi” se tiene o no se tiene. Por mucho que hayas nacido en Paris, Los Ángeles, Berlin o Barcelona.
A veces es simplemente un corte de pelo, otras son unos labios rojos, quizá mañana sean esos preciosos salones en verde esmeralda de Roger Vivier, o puede que el culpable sea esa camiseta de rayas eterna que sustituyes una y otra vez en tu armario, unas veces en rayas rojas, otras en azules. El deseado “charme” francés viene y se va a su antojo.
Eso sí, lo que no puede faltarnos para eludir de manera descarada el effortless chic, es la boina, en todas sus vertientes, y este temporada las vas s encontrar súper seductoras.

